Santos Víctor Chelí, ofrece ambas mercaderías y dice que, según el lugar, unos tienen más demanda que otros, “los tambores y camiones los traemos de Totonicapán y en la capital se venden bien porque son llamativos y baratos”, dice.
Tapitas de refresco y plumas de colores fuertes son adornos utilizados para elaborar esos juguetes que sólo se encuentran en las ferias de Guatemala y por ello son únicos e importantes en las fiestas patronales.
Alba Chuy vende dulces típicos como cocadas y colochos de guayaba, pero también culebritas ácidas, angelitos y bombones pinta labios, “los dulces típicos los buscan mucho los adultos, pero también tenemos para los niños”, indica.
Cambios y nostalgia
*En el paseo por la calle principal del Hipódromo del Norte, donde se celebra la Feria de Jocotenango, en honor a la Virgen de la Asunción, se puede ver que la lotería, las mesas de futillo y los mostradores para practicar “tiro al blanco” han sido sustituidos por juegos de video.
El lugar privilegiado para las ventas de roscas de Xela, los churros y los chicharrines, hoy lo ocupan quienes ofrecen donas y pastelitos de colores extraños, mientras el fuerte sonido de música norteña y el expendio de licor le da un tinte diferente a esta tradición agostina y aleja a los parroquianos que buscan un poco de diversión.
Estos cambios provocan nostalgia entre los visitantes, sobre todo a quienes alguna vez vivieron el verdadero espíritu de la Feria de Jocotenango, que se celebra desde el año 1620.
En números
Q2,000.00 es la inversión en juguetes artesanales, guitarras, tambores y chicharras, aunque en las ferias patronales del interior prefieren los juguetes de plástico, por considerarlos diferentes a los típicos y en algunos casos más baratos.
Espero que apruebes que presente parte de este texto en mi propio blog "Jugando en Latinoamérica" en la sección de Juguetes artesanales. ¡Muchas gracias por compartirnos tus observaciones!
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